Nos reunimos en el cruce de las avenidas Tacna y
Emancipación. Mientras comíamos un
turrón de Doña Pepa esperábamos a las demás. Era una galería llena de puestos
comerciales. Pensé que sería en una farmacia, pero el médico nos dijo que era
un lugar de garantía.
Cuando preguntamos por los activos, nos dijeron que no los
vendían, pero ni bien mencionamos el nombre del médico, el encargado sacó un
paquete lleno de botellitas. ¿Qué necesitan?, preguntó. Le dije, “quiero
silicio, ácido hialurónico y DMAE”. Me
alcanzó 3 botellitas y me dijo el valor.
Me llamaron la atención unas botellitas con un líquido amarillo, y le
pregunté, y ¿esto qué es? El encargado dijo. “¡Es un quema grasa muy eficaz!”. ¿Quema grasa?, pensé y comencé a buscar en mi
memoria lo que había leído en la
web. Le dije, “oye, quema grasa no existe, será acelerador
del metabolismo celular, ¿no? El dijo, “quema grasa mamita, ¿no entendiste? Sentí
que la sangre arequipeña de mis ancestros subía por mis piernas ¡hasta mi cara! Le dije, a ver "jovencito" dime,
¿qué activo tiene este “quema grasa eficaz"? Silencio de 3 segundos. Mira, me dijo, yo sólo lo vendo, ¿ok? Ese es
mi negocio, yo que sé qué tiene, ese no es mi trabajo. Además ¿vas a comprar o
no? Estaba allí perpleja, este tipo era el
que nos había recomendado el médico, un tipo sin conocimientos, ¿cómo podía
decir si era recomendable para tal o cual? , si no sabía qué contenía, solo
repetía lo que le decían.
Compré también unas botellitas que decían FOSFATIDILCOLINA. Una de mis compañeras dijo que lo había visto
usar en una de sus amigas y que los resultados eran fantásticos. Me dediqué a
investigar. En la web decía que era para "remodelar", que se hacía en
tratamientos seriados, pero no decía nada de su efecto nocivo en ciertas personas. Tenía que probarlo, pero sabía que tenía que
hacerlo en mí, no quería poner en riesgo a mis hermanas, lo correcto era
empezar por mí.
Allí estaba nuevamente a la carga, tenía todo listo, llamé a
mi hermana para que me asistiera, no vaya a resultar que pasara lo mismo que la
última vez. Lo inyecté sin problemas en esa zona de la cintura que tanto molesta,
no sentí nada, todo estaba bien, esperaría unos días para volver a inyectar. Al
día siguiente me sentí un poco hinchada, toque mi cintura y estaba dura, pensé
que quizá era una reacción del producto y que en unas horas estaría bien. Esa
noche, el pantalón me ajustaba en la cintura, me vi al espejo, estaba hinchada
y la zona estaba caliente. Llamé al médico, me dijo que iría por la mañana, que
no me preocupara.
Y bien "Carrión" ¿otra vez en problemas? (Me decía
Carrión haciendo referencia al mártir peruano de la medicina que se inyectó una
bacteria para descubrir la cura contra la verruga). “Esa costumbre que tienes
Milagritos, si sabes que eres reactiva, mejor inyecta a otras personas”, dijo.
Lo miré largamente. Bueno doctor, ¿qué hacemos? “Nada hija, te pondré una sustancia que te
desinflamará y nada más, tranquila.” ¿Y por qué no me dice que sustancia
es? Así yo también la podré aplicar
cuando tenga este problema, le dije. El
médico me miró muy serio y agregó, “tú
no eres médico, no puedes inyectar estas sustancias.” “Es cierto”, le dije,
pero entonces, ¿por qué usted nos enseña cosas que no son para nosotras? ¿Usted
no piensa en todo lo que puede pasar? ¿Se da cuenta que todo esto es ilegal?
No volví a ver al médico, decidí no hacer mesoterapia. Sin embargo, iba a esa galería a comprar
algodones y otros implementos y podía ver a todas esas chicas comprando esas
sustancias, sin saber qué tenían realmente, sin una formación farmacológica y
sin una buena formación académica en las aulas que les haga entender la
interacción de la célula con cada activo.
¿Quién introduce a la cosmiatra en la ilegalidad?
¿Qué hace el estado por evitar esto?
¿Por qué se anuncian cursos invasivos por los medios?
Ya estaba decidida a dejar todo este mundo hasta que escuché una palabra que me resultó interesante: BIOPLASTIA ¿Será tan peligroso?...... en una semana más lo iba a descubrir.....
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