sábado, 8 de agosto de 2015

UNIDOS PARA VENDER


¿Te enteraste de que existe una agrupación internacional que piensa como nosotras?, le dije a Ana. Ella miró despreocupadamente la imagen que le enseñaba desde mi iPad.

Me comuniqué con ellos, me resultó interesante la propuesta, dijeron que nos reuniríamos en un país sudamericano y decidí ir. El día central de la reunión, conocí a la representante, una mujer muy bajita y con el cabello tinturado y decía que vendía unas cremas, otros decían que tenía una representación internacional, decían tantas cosas de esa mujer tan pequeñita. Yo sólo quería que todas las representantes de los países expusiéramos nuestros problemas de manera ordenada y coherente.









En la sala había un disertante internacional conocido, la verdad nunca lo había escuchado en un evento.  De ese día sólo recuerdo que se burló de mi propuesta diciéndome,  "Así que bioquímica, ¿no?".  Yo apreté los dientes pues no tenía intención de discutir con él, sabía que él no entendía nada de Bioquímica.  Me contaron que sabia cantar, así es que decidí no escucharlo.












Había una mujer mayor, bastante grande y cansada, no aportó nada desde que se sentó y eso que decían que era una representante importante. Comenzaba a arrepentirme de haber gastado mis ahorros en ese intento por reunirme con gente "idónea".


Vaya decepción que vendría después.

martes, 4 de agosto de 2015

LAS FUNDADORAS



Era noviembre del año 2011, la estética profesional se manejaba de una manera exclusivista, los centros de enseñanza "más remembrados" cobraban sumas altas de dinero y se dictaban clases en centros de enseñanza pobres en formación. Todas mirábamos preocupadas lo que sucedía.






Regresé a mi centro de estudios y pregunté si existía algún lugar donde se agruparan las profesionales que ya habíamos terminado la carrera. Alguien dijo que sí había pero que solo se reunían para confraternizar. Pero,  ¿no hacen nada por ayudar con el reconocimiento de la carrera de cosmiatra?, pregunté.  Nada, ellas son amigas, me contestó.







Decidí crear un perfil en Facebook, no tenía claro el nombre, probé varias opciones y decidí ponerle SOCIEDAD DE ESTETICISTAS. Me amanecí invitando a mucha gente que consideraba le podía interesar, muchos ignoraban mi solicitud, pero yo estaba decidida a continuar en mi búsqueda por la normativa.






¿Ya no vendrá nadie más?, preguntó Elizabeth.  Creo que ya no, contestó Ana. En vista de que somos pocas hay que elegir de una vez, continuó Ruth.  Me sentía un poco decepcionada. Pensé que iría más gente.  Éramos 4 mujeres deseosas de poner en marcha un sueño acariciado por  muchas, fundar la ASOCIACIÓN DE ESTETICISTAS DEL PERÚ.  Entonces Milagros, ¿hay que pagar la escritura?, me dijo una de ellas. Así es, contesté. No conocíamos el mundo al que estábamos ingresando. Un mundo político y de intereses que manejaba la estética profesional.




Esa noche recibí una invitación de amistad en el perfil de Facebook que había creado.  Se presentó amablemente, me explicó la problemática mundial y ofreció ayudarnos. No sabía del mundo que se esconde debajo del rostro esplendoroso de la estética. Ingresaba entonces al mundo de la Estética Internacional, un mundo de apariencias y favores por cobrar.