
¿Te enteraste de que existe una agrupación internacional que piensa como nosotras?, le dije a Ana. Ella miró despreocupadamente la imagen que le enseñaba desde mi iPad.
Me comuniqué con ellos, me resultó interesante la propuesta, dijeron que nos reuniríamos en un país sudamericano y decidí ir. El día central de la reunión, conocí a la representante, una mujer muy bajita y con el cabello tinturado y decía que vendía unas cremas, otros decían que tenía una representación internacional, decían tantas cosas de esa mujer tan pequeñita. Yo sólo quería que todas las representantes de los países expusiéramos nuestros problemas de manera ordenada y coherente.
Me comuniqué con ellos, me resultó interesante la propuesta, dijeron que nos reuniríamos en un país sudamericano y decidí ir. El día central de la reunión, conocí a la representante, una mujer muy bajita y con el cabello tinturado y decía que vendía unas cremas, otros decían que tenía una representación internacional, decían tantas cosas de esa mujer tan pequeñita. Yo sólo quería que todas las representantes de los países expusiéramos nuestros problemas de manera ordenada y coherente.

En la sala había un disertante internacional conocido, la verdad nunca lo había escuchado en un evento. De ese día sólo recuerdo que se burló de mi propuesta diciéndome, "Así que bioquímica, ¿no?". Yo apreté los dientes pues no tenía intención de discutir con él, sabía que él no entendía nada de Bioquímica. Me contaron que sabia cantar, así es que decidí no escucharlo.

Había una mujer mayor, bastante grande y cansada, no aportó nada desde que se sentó y eso que decían que era una representante importante. Comenzaba a arrepentirme de haber gastado mis ahorros en ese intento por reunirme con gente "idónea".
Vaya decepción que vendría después.